Tristemente quiero hacer una reflexión: Mi ciudad apesta. Me considero una persona trabajadora, constante, alegre, positiva, y con imaginación. En la empresa en la que trabajo, todas esas cualidades son remuneradas tanto emocional, como tangiblemente. Eso me da de comer, y me alegra más de una tercera parte de mí día a día. El resto de mi tiempo, lo dedico a satisfacer mis necesidades personales, entre las que sin ninguna duda se encuentra dar riendaMAS INFO