Crónica Hamlet La Casa del Loco 14.5.22

La parada en la ciudad de la gira de Hamlet repasando dos discos, con los que se dieron a conocer Revolución 12111 e Insomnio, era una de esas citas, que los seguidores del grupo no podían dejar pasar.

Son los discos con los que los madrileños fueron forjando su legión de seguidores. La mayoría de las canciones que sonaron el sábado hacía tiempo que no sonaban, quizás desde esas giras como Crónica Antisocial, Poseer Bajo su Misión, Muérdesela y otras no han salido desde entonces y se han convertido en clásicos que todos asistentes a los conciertos quieren escuchar, claro ejemplo es J.F.

Con esta previa, la parroquia zaragozana fue tomando posiciones en La Casa del Loco para disfrutar de lo que prometía ser una noche de buenos recuerdos.

Hamlet salieron con una única misión, la de dar un concierto como nos tiene acostumbrados, lleno de energía y contundente.

Con esta actitud tomaron el escenario Hamlet, dispuestos a demostrar que pueden seguir adaptando a su sonido actual las canciones de esos discos ,dando un concierto de calidad, fuerza y que guste a sus seguidores más fieles.

Cada canción era acogida con asombro y gratitud, aunque hubo momentos en que se caldeó más el ambiente como son Dementes Cobardes ,Odio, El Pequeño dictador o Egoísmo, con la que cerraron el concierto.

Todos sabían que aún quedaban por sonar varias canciones y como era de esperar, tras un breve descanso salieron a rematar la noche con cuatro canciones que son apuesta segura, dando por finalizado el concierto de la mejor manera posible.

Un concierto cargado de sentimentalismo que agradó a todos, a ellos los primeros y que demostró el estado actual de la banda, muy engrasada con un sonido arrollador y con sus componentes entregados al cien por cien.

La gente receptiva desde el inicio del concierto, coreando las canciones e incluyendo varios pogos como antaño y disfrutando del grupo con Molly como maestro de ceremonias que a estas alturas no descubrimos que es un frontman nato. Paco detrás de su batería marcando el ritmo a seguir, bien acompañado por Álvaro con las cuatro cuerdas y con dos guitarristas como Ken y Luis Tarraga , cada vez más compenetrados. La banda derrochó energía hasta el final, contagiando a todos presentes.

Un concierto de los que todos salieron revolucionados y que seguro más de uno, tuvo una noche de insomnio.