Crónica CRISIX en Sala Lo Intento (12-2-2020 – Zaragoza)

No tenía yo previsto en mi agenda ni acudir a este concierto ni mucho menos hacer la crónica del mismo. Pero ya veis queridos amiguísimos, justo al revés. Aquí me estáis leyendo a raíz del reto propuesto por el fotógrafo y primer encargado de la crónica, el señor Raúl Embid. Yo no respondo de mis actos escritos, lo tendrá que hacer él. Dicho lo cual… Haters Gonna Hate!

Si es que yo soy de esos que lo nacional me cuesta, buf si me cuesta. Y si es Thrash hiper mega usado y más que conocido, peor me lo pones. Bajo esa premisa, me animé a superar mis trabas mentales e ir a ver a una de las bandas nacionales de Thrash más en boga: los señores de Crisix

Me animé por dos motivos: por mi amigo Óscar que me dijo –vente, que te gustarán– y yo, por no hacerle el feo dije –OK–, ya que siempre me acompaña a los otros, a los que no va nadie; y también porque otra de las bandas que son objeto de crítica por gente como yo (Haters Gonna Hate) me había callado la boca en directo. Hablo de los otros señores, Angelus Apatrida. Sí, a través de la red ya os puedo escuchar: –¡Pero si es que son muy buenos, no tienes ni idea!–. Correctas las dos afirmaciones. Son muy buenos, infinitamente más espectaculares que sus discos, que ya son buenos. Los volvería a ver una y otra vez.

Así que me preguntaba, ¿serán Crisix tan buenos como Angelus Apatrida? ¿Son Crisix merecedores del referente Thrash a nivel nacional como nos los están vendiendo en los medios? Pues para allá que me fui a comprobar mi ignorancia. 

El concierto ya empezaba bien para ser criticado ante la caída a ultimísima hora del telonero Evil Impulse. Y, hasta ahí, sin ahondar en la herida. Pero, además, el nombre de la sala, «Lo Intento», sumado a una fecha tan inapropiada como un miércoles laborable, acercaba el blanco al objetivo de este francotirador ávido de sangre. 

Así, con todas esas premisas y feliz de ir libre con mis prejuicios maquiavélicos internos, me dirigí a la Sala Lo Intento el miércoles 12 de febrero de 2020 a las 22:00h con todo un arsenal de «quejas y sugerencias».

Pero todo se empezó a torcer cuando en la puerta del local me encontré al fotógrafo-reportero Raúl Embid, enfundado en cuero y con su camiseta de Crisix: –¡Hombre! ¡No te hacía por aquí! ¿Vienes a ver a estos máquinas?–, me dice. ¡Que el Raúl es un fan-boy de Crisix y yo sin saberlo! Tan pronto le dije que venía a pasar un rato con las expectativas bajas, va y me zaska: –Pues vas a hacer tú la crónica.– 

Mal. Esto iba mal.

Y, a pesar de que avisé que me cebaría con ellos, Raúl, con sus casi 2m de altura y agarrándome la nuca, me asestó: –Pues por eso mismo, que yo no soy imparcial–. Mal, iba mal.

Encima, no dejaba de entrar gente y gente, casi hasta llenar la sala. Yo soy conocedor de lo difícil que es Zaragoza para lograr un Sold Out, pero comprobé que Crisix tiene parroquia y tirón. Un acierto el de ellos el plantear un «Underground tour» para tocar cerca de esos fans consolidados de los que, tal vez, se habían alejado en los grandes escenarios, como el Resurrection o similar. Punto para Crisix.

Así, con la sala muy llena, empezaba el concierto bajo los riffs de la cover de Nuclear Assault «Critical Mass». Crisix escogían un tema/versión de su último y controvertido disco para intentar calentar el ambiente que pronto me di cuenta ya venía caliente de casa. Preparaba así mi armamento de críticas bajo la fácil teoría «no toques lo que ya de por sí está bien» y, encima, arrancas tu show con una cover. Punto para mí. 

Para más alimento del cazador, el segundo tema fue «Xenomorph Blood», del disco «Against the Odds», uno de los menos potentes de la banda hasta la fecha. Esto empezaba a pintar bien para el Hater Gonna Hate. Otro punto para mí.

Entonces, Vio-Lence hizo acto de presencia en el escenario con «World in a World». Otra cover, pero esta vez menuda cover. Sonó demoledora, potente, bruuutal. Los oídos estaban aclimatados con los dos temas de arranque y preparados para recibir en el 1’35» el bajo de este temazo y las guitarras que te machacan el cerebro durante el minuto siguiente. También hay que decir que la banda pareció liberarse con este tema y a derrochar una simpatía y alegría sobre el escenario que «enganchaba». ¡Si es que desde el fondo se podía ver la sonrisa perfecta del Frontman con mayúsculas con el que cuenta Crisix, Juli Bazooka (Julián Baez). Había visto fotos suyas de este y aquel concierto, siempre volcado sobre la gente. Y, sí, eran ciertas, se devora al público.

El encantamiento de Vio-Lence hizo que recibiese «Rise… then Rest» con la fuerza que este tema se merece, sobre todo en sus 20 segundos finales, que, con voz gutural y guitarras graves como el mismísimo infierno panteril, te rebotan en el pecho y te levantan un par de centímetros del suelo. Noqueado me hallaba. Dos puntos para Crisix y ventaja en el juego que nos traíamos. 

Lejos de dejar que recargarse mis armas de crítica, Crisix me lanzaba «Conspiranoia», probablemente uno de mis temas favoritos, por recordarme título y estribillo a mis amados Annihilator y su «Phantasmagoria». Tal vez no tenga sentido para ti, pero recuerda que yo estaba noqueado. El concierto estaba adquiriendo unos niveles de diversión que me estaban empezando a preocupar.

Mal, iba mal. 

Dentro de la diversión generalizada, sobre el escenario y a sus pies, la gente disfrutaba del concierto como se debe hacer: con headbanging y no lanzando puñetazos al aire y moviéndose cual tractor de monte. Eso ayudó a mi creciente ilusión por lo que estaba viendo y escuchando: un muy buen concierto de Thrash Metal. Era como estar entre amigos en el local de ensayo de Crisix. Si es que la banda se trajo sus «cosas» del local de ensayo para sentirse como en casa: wáter, bebida, lámparas, sábana vieja pintarrajeada y la diversión de sus rehearsals

Me di cuenta que estaba derrotado cuando sacaron a escena los temas de su enorme disco «The Menace» y, como buen True que soy: «el primero es el que mola más». «Spawn» con su cambio de ritmo a medio tema fue… fue… Oro punto para Crisix. Maaaal. 

Antes de continuar con «The Menace», nos soltaron «Frieza the Tyrant» de la que más tarde me llevaría una camiseta. Sí, lo sé, el Hater Gonna Hate había sido derrotado, porque con la versátil y volátil y variable y divertida y… «Brutal Gadget» solo cabía diversión y Thrash en la sala «Lo Consigo».

Llegados a este punto, ya no importaba si el siguiente tema era otra cover controvertida como «Imitation of Life» de Anthrax, de los que he de decir tampoco soy muy amigo. Todo daba igual. Diversión y más diversión a cargo de unos tipos que tienen muy pensado y estructurado el amplio repertorio con el que cuentan. Y eso es de agradecer. 

La pegadiza «Leech Breeder» no daba respiro. Puntos y más puntos para Crisix que sacaba el armamento Exodus con «Toxic Waltz». Muy arriesgado codearse con semejante institución. Por orgullo del derrotado (yo), aquí les quito medio punto, no sin haber deseado no haber perdido como perdí. Me decía a mí mismo: –Crisix, «Get Out of My Head»–, pero fueron ellos los que me lo gritaron a mí «Get Out of My Head». Tiene cojones.

Estos tres últimos temas me dieron un pequeño respiro en mi ya perdida batalla, aunque yo me resistía. Pero justo entonces, Crisix, a lo Maiden tocando «Wasted Years» en un programa alemán allá por 1987, se intercambiaron los instrumentos y nos arrancaron una sonrisa con un medley de temas varios con Pantera, Metallica y demás desconocidos. Y los clavaron. Se notaba que estaban orgullosos de sus raíces thrasher, como todos los presentes, aunque lo intentemos negar.

La recta final fue pletórica y medida como el resto del concierto, de más reciente a más antiguo a través de tres temas de sus mejores discos: «G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)» de «From the Blue to Black»; «Bring ‘Em to the Pit» de «Rise… then Rest»; y, como no, «Ultra Thrash» de «The Menace». Maldito tema este que llevo desde ese día cuchicheando por los pasillos del trabajo:Ultra Thrash!! Uuuultra THRASH!!

La cosa fue Mal para el Hater Gonna Hate. Tal fue así que incluso evité encontrarme con Raúl para tener que decirle lo bien que me lo había pasado. 

Es cierto, puede que sus discos ya no te enganchen porque eres un españolisto rancio como yo, pero estos señores saben lo que se hacen. Albert Requena no deja de sonreír durante todo el concierto mientras demuestra sus enormes habilidades guitarristas y gimnásticas (menudos saltos!!). Busi (Marc Busquets) es el prototipo de «tipo» Thrash. De mayor quiero ser como él. El nuevo bajista Pla Vinseiro, además de ser un viejo conocido de un gallego como soy yo, tiene un porte que en algún momento pensé que iba a tirar del escenario a Juli. Juli, ándate con ojo que Pla es mucho Pla. Javi Carry (Javier Carrión) es el último mohicano que marca los tiempos con mazas de guerra. Y, finalmente, el fotogénico Juli, del que no necesito decir nada más. 

Sentencia: Muerte para el que escribe. 

Me gustaron y mucho. Muy divertidos. ¿Más o menos que Angelus Apatrida? Distintos. Pero lo que tengo claro es que cuando el río suena, agua lleva. Y estas dos bandas llevan agua mezclada con litros de cerveza. 

Hasta la siguiente, porque repetiré. 

Redacción: LESTER
Fotografía: RAUL EMBID

 

CRISIX

Facebook: https://www.facebook.com/CrisixOfficial

Homepage: http://www.crisixband.com/

Instagram: https://www.instagram.com/crisixofficial/

Spotify: https://open.spotify.com/artist/3xGTWSIlxvBUSaKs8hCA9s?si=oSbVKOV3TcCL7-nBB5A-7g

YouTube: https://www.youtube.com/user/CrisixUT?feature=mhee

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *